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Hoy estaremos estudiando dos verdades basadas en el capítulo 14. Encontramos aquí la que tal vez fue la primer guerra mundial, una batalla entre reyes, 4 contra 5, para ser exactos. La guerra pasó por Sodoma y Gomorra, lugar donde habitaban Lot y su familia, quienes fueron tomados cautivos junto con todas sus posesiones. Tan pronto como Abraham se enteró de que su pariente había sido capturado, movilizó a sus hombres adiestrados nacidos en su casa y él junto a sus siervos, organizaron sus fuerzas contra ellos y los atacó y persiguió hasta derrotar y recuperar a Lot, sus mujeres, toda su gente y sus bienes. Esto nos enseña que tú y yo, debemos ser parte de una comunidad de hombres en la iglesia en la que nos cuidemos las espaldas y nos levantemos unos a otros y que así como Abraham, si alguno de los nuestros está en riesgo, salir todos al rescate.

Más adelante vemos a dos reyes queriendo ofrecer recompensas a Abraham, pero existe una gran diferencia entre estos reyes la cual nos lleva al segundo principio que aprenderemos hoy. El rey Melquisedec, rey de Salem (quien es Jesucristo haciendo una aparición en el Antiguo Testamento) sale al encuentro de Abraham y lo bendice. Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo. (v.18-20) Después el rey de Sodoma, se acerca con Abraham y quiere recompensarlo también. Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes. Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram; (V. 18-23). ¿Notaste la diferencia? Melquisedec (Jesucristo) sacó pan y vino y bendijo a Abraham, y Abraham le entregó sus diezmos, mientras que el rey de Sodoma le ofreció cosas materiales. El pan y el vino representan la vida eterna que Jesucristo nos ofrece, el perdón de nuestros pecados y el ser parte del cuerpo de Cristo.

Hombre, no debemos olvidar que el mundo puede ofrecernos riquezas materiales para esclavizarnos pero solo Dios nos ofrece vida eterna en Él y cuando lo honramos con nuestros diezmos, reconociendo que todo lo que tenemos proviene de Él, Dios nos bendice y prospera.

 
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